Efectos adversos del uso crónico de enjuagues antisépticos sobre la microbiota de la boca y la salud general
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| Contribuyendo con el negocio familiar. |
A lo largo de la historia, la gente ha experimentado con todo: sangre de tortuga, bayas, hojas de menta, vinagre, alcohol… y probablemente alguna receta que nunca querrías probar. Fue el dentista Miller, con sus superpoderes de microbiología, quien inventó los enjuagues antimicrobianos con compuestos fenólicos, marcando el inicio de la era química del lavado de boca. Además, fue él quien conectó la caries con los ácidos de ciertos microbios
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¡Oportunidad! Orina para colutorios… ¡ |
La microbiota de la boca. La gran víctima del uso crónico de enjuagues antisépticos
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| Anton van Leeuwenhoek |
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Idealización de los microorganismos de la microbiota oral. |
Dicho de otra manera, cuidar nuestra salud significa también cuidar este ecosistema. Para ello, conviene no alterarlo con hábitos como el uso excesivo de enjuagues antisépticos. Cuando la microbiota oral se mantiene estable, no solo previene problemas dentales y de encías, sino que también contribuye al bienestar general del cuerpo, un tema que exploraremos más adelante.
Enjuagues bucales: todo lo que necesitas saber antes de usarlos
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| Los antisépticos orales son bombas que matan a todos los microorganismos. |
Los antisépticos orales son, en realidad, pequeñas armas de destrucción masiva: barren la boca sin piedad, sin importar si el objetivo es un aliado amigable o un enemigo microscópico. Son como granadas químicas con piloto automático, cuyos componentes activos se confabulan para arrasar con toda la microbiota como si fueran tropas en un escenario de guerra.
Y si hablamos de nombres, encontré en un supermercado de Sevilla un enjuague llamado —agárrense— “Explosive Action”. ¡Ah, claro! Un toque de inglés para darle glamour internacional y, de paso, resumir a la perfección lo que hace: literalmente dinamitar tu ecosistema oral con entusiasmo publicitario. Otros empiezan su nombre con las letras “Parodon…”, para asociar la marca comercial con las periodontitis, como si su uso diario las previniera o curara milagrosamente. Sería ideal que, al usarlo, una IA advirtiera y sonara una alarma mientras parpadean luces rojas de advertencia. ¡Válgame Dios!
Los enjuagues orales suelen utilizarse como complemento del cepillado dental, ya que este no logra eliminar por completo la biopelícula en las zonas interproximales. No obstante, la combinación de irrigadores orales, cepillos interproximales y una técnica de cepillado adecuada puede reducir eficazmente dicha biopelícula sin necesidad de recurrir a enjuagues antisépticos.
Fíjense que no menciono a otro mito de la odontología: el hilo dental. Aquí les cuento por qué: Seda o hilo dental, fin de un mito (ir al artículo).
Ningún antiséptico oral distingue entre bacterias amigas y enemigas dentro de la biopelícula. Aunque los enjuagues logran llegar a rincones difíciles, apenas penetran en el surco gingival. Arrasan con la biopelícula, sí, pero también se cargan a los microbios buenos, dejando campo libre para que las bacterias problemáticas se tomen la boca como si fuera su territorio conquistado. Este desequilibrio provoca disbiosis y compromete la salud oral.
Contrario a la creencia popular, eliminar “el 99,9 % de los gérmenes” no previene la caries. La verdadera defensa está en la eliminación mecánica de la biopelícula con un cepillado eficaz, no en dinamitar todo indiscriminadamente. Así que, más que buscar un “superpoder” líquido, conviene confiar en el cepillo y la constancia.
La microbiota oral juega un papel clave en la protección y reparación natural del esmalte dental. Mantener su equilibrio es fundamental: eliminar bacterias indiscriminadamente—buenas y malas—puede alterar este equilibrio, provocar disbiosis y facilitar la aparición de caries.
La saliva también es protagonista en esta historia: no solo ayuda a mantener la microbiota organizada, sino que además deposita minerales esenciales para fortalecer el esmalte y transporta inmunoglobulinas que combaten infecciones. El uso excesivo de enjuagues orales puede reducir la saliva y, con ello, afectar estos procesos naturales de defensa y reparación de la boca.
Principales enjuagues bucales comercializados
Enjuagues bucales que contienen clorhexidina como agente principal
La clorhexidina (CHX) es el líder indiscutible entre los antisépticos bucales. Es el agente químico más estudiado, y utilizado en el campo de la higiene bucal. La clorhexidina es activa frente a una amplia gama de organismos, incluidos bacterias grampositivas y gramnegativas, anaerobios facultativos, aerobios, levaduras y algunos virus lipofílicos.
La CHX tiene una sustantividad de entre 8 y 12 horas, lo que le permite permanecer más tiempo en la boca que otros enjuagues bucales. Fue empleada por primera vez hace más de 50 años y, hoy en día, sigue siendo uno de los antisépticos orales más utilizados. Se recomienda realizar el enjuague al menos 30 minutos antes de cepillarse los dientes, ya que el lauril sulfato de sodio, un componente espumante presente en las pastas dentales, puede disminuir la eficacia de la clorhexidina.
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| Coloración amarillenta por el uso crónico de enjuagues de clorhexidina al 0,2 %. |
Los efectos secundarios reportados incluyen manchas dentales, mal sabor, alteraciones del gusto, ocasionalmente erosión de la mucosa y, en raras ocasiones, agrandamiento de la glándula parótida. Para reducir las pigmentaciones, se modifican las formulaciones añadiendo agentes químicos (ADS). Cuando se prescribe, se recomienda que los pacientes se enjuaguen dos veces al día durante 30 segundos con 15 ml de la solución. En los EE.UU se necesita la receta médica para obtenerla (ver el estudio).
La FDA ha informado que la clorhexidina gluconato, puede causar reacciones alérgicas raras pero graves, como anafilaxia, dificultad para respirar, hinchazón facial, urticaria y shock. Estas reacciones pueden ocurrir en minutos tras la exposición. Por ello, la FDA ha solicitado a los fabricantes que incluyan advertencias en las etiquetas de estos productos a continuación les dejo los enlaces: U.S. Food and Drug Administration. En los EE.UU se necesita la receta médica para obtenerla. MDEd
Aceites esenciales (Listerine)
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| El frasco de Listerine y su creador. |
Uso crónico de enjuagues antisépticos: ¿amenaza para tu salud más allá de la boca?
En los párrafos anteriores hemos discutido los efectos de los antisépticos sobre la microbiota oral, pero este tema va más allá del microambiente bucal, ya que involucra todo el microbioma humano, que funciona como un sistema interconectado y no como un elemento aislado.
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| The NIH Human Microbiome Project. |
El microbioma humano ha adquirido tal relevancia que el National Institutes of Health (NIH), uno de los centros de investigación más grandes y prestigiosos del mundo, fundado en 1887, está llevando a cabo el proyecto del microbioma humano (The NIH Human Microbiome Project, HMP). Su objetivo es aprovechar las nuevas tecnologías para caracterizar el microbioma y estudiar las asociaciones entre sus alteraciones y la salud o enfermedad.
El propósito final del HMP es demostrar que es posible mejorar la salud humana mediante el control o la manipulación del microbioma.
El gráfico de la izquierda, tomado del HMP, ilustra la magnitud del microbioma humano.
A continuación, presentaremos los resultados de investigaciones realizadas por destacados grupos científicos, publicadas en revistas prestigiosas, que analizan no solo los efectos orales de los enjuagues bucales, sino sus impactos más allá de la cavidad oral, en el microbioma humano y su relación con diversas enfermedades.
Un estudio reciente publicado en ScienceDirect por investigadores de la Universidad de Harvard revela que el uso diario de enjuagues antibacterianos afecta también a otros microorganismos beneficiosos para la salud, lo que puede aumentar el riesgo de obesidad y diabetes. Tras estudiar a más de 1.200 personas que usaban enjuagues antibacterianos dos veces al día, se encontró que presentaban un 55% más de riesgo de desarrollar prediabetes o diabetes tipo 2 en un período de tres años (ver estudio).
Un completo estudio (publicado en PubMed, 2017) analizó a 1.206 personas con sobrepeso, entre 40 y 65 años, quienes ya tenían un riesgo elevado de diabetes. Durante el estudio, un 17% desarrolló prediabetes o diabetes, cifra que aumentó al 20% en quienes usaban enjuague bucal una vez al día y al 30% en quienes lo utilizaban dos veces al día. El profesor Joshipura sugirió que las bacterias protectoras de la salud bucodental podrían reducir el riesgo de diabetes y obesidad, y que algunas de ellas producen óxido nítrico, que regula los niveles de insulina y metabolismo, ayudando a controlar los niveles de azúcar en sangre (ver estudio).
Otro estudio de este mismo grupo de investigación (Blood Press, 2020) concluyó que el uso frecuente de enjuagues bucales está relacionado con un mayor riesgo de hipertensión, independientemente de los principales factores de riesgo asociados con la enfermedad (ver estudio).
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Resumen de los efectos sobre la salud general del uso crónico de enjuagues antisépticos. |
En otro estudio publicado en 2017 en la revista Nitric Oxide: Biology and Chemistry, se sugirió que el uso de enjuagues bucales podría reducir la producción de óxido nítrico en la cavidad oral hasta en un 90 %, lo que disminuiría su concentración en sangre en aproximadamente un 25 %, provocando alteraciones en la presión arterial sistémica (ver estudio). Este hallazgo pone en evidencia que el uso crónico de antisépticos orales puede tener consecuencias más allá de la boca.
La salud de nuestro cuerpo está íntimamente ligada a la salud bucal, y mantener un equilibrio en la microbiota oral es fundamental para lograrlo. En los próximos años, los probióticos y las técnicas de ingeniería genética podrían convertirse en aliados clave para prevenir y tratar la periodontitis y las caries de manera natural.
Descubre más sobre cómo los probióticos pueden marcar la diferencia en el cuidado periodontal lee nuestro: Los probióticos en el tratamiento periodontal: una alternativa natural










